El yacimiento arqueológico del Castillo de Los Blázquez se encuentra situado a unos 2 kilómetros al sur de la localidad del mismo nombre, en la comarca noroccidental de los Pedroches, provincia de Córdoba.
El yacimiento se localiza en la falda del vértice geodésico de la Sierra del Castillo, y puede accederse desde la Ermita de San Isidro, situada a 1 kilómetro a las afueras de la localidad. Desde la ermita se puede ir hasta el vértice geodésico y el yacimiento arqueológico en un cómodo paseo.
Yacimiento arqueológico que corresponde a asentamientos íberos (Edad del Hierro II) y romanos (República romana), con murallas de ambas culturas.
No existen documentos en los que se cite ninguna localidad de importancia en el Valle del Guadiato durante los primeros siglos de dominio islámico. Esto no significa que no existieran, ya que por esta zona pasaría el camino de Córdoba a Mérida o algún ramal del mismo (que seguía empleándose en el siglo XIII), así como otros que comunicaban Los Pedroches (Fahs al-Ballut) con la zona meridional de Extremadura.
Tolote fue una importante ciudad musulmana almohade durante el siglo XII y la primera mitad del siglo XIII. Aunque no se conoce ninguna mención a esta villa en las crónicas musulmanas, al parecer surgió para controlar las vías de comunicación que enlazaban Córdoba y Mérida, que en la época pasarían algo más al norte de lo que lo que harían a partir de la fundación de Fuente Obejuna.
A mediados del siglo XIII, Fernando III recuperó ese territorio y los nuevos pobladores cristianos intentaron establecerse en ese lugar. De 1272 data la delimitación de los términos parroquiales de la Iglesia del Tolote. De esa misma época se conserva un documento en el que se dice que el clérigo de esa localidad, Domingo Pérez, junto con los de Espiel, Dos Hermanas, Belmez, Obejo y Trassierra, cede al obispo Fernando de Mesa el diezmo de los ganados que pastaban en su término.
En el Libro de la Montería de Alfonso XI, redactado a mediados del siglo XIV, aparece la actual Sierra del Castillo con el significativo nombre de Sierra de Tolote, lugar donde había cazaderos de osos y jabalíes, hecho que evidencia lo agreste del lugar, en el que sabemos que aún a finales del siglo XV no se labraba.
La repoblación cristiana de la villa debió fracasar, pues a partir de finales del siglo XIII deja de tenerse constancia documental de ella, y a principios del siglo XIV ya estaba despoblada. La despoblación de Tolote coincidió con el nacimiento de Fuente Obejuna, que asumió los términos jurisdiccionales de la parroquia de Tolote y tomó el relevo como villa más importante de la zona. Desde esa fecha, los caminos hacia Extremadura pasarían por Fuente Obejuna.
Durante la Guerra Civil Española el solar de esta fortificación fue objeto de operaciones militares, en concreto por parte del 225 Batallón de Granada (60ª División), que ocupó la cumbre del Cerro del Castillo.
El yacimiento de emplaza sobre la cota más alta de la Sierra del Cambrón, a 756 metros sobre el nivel del mar, en la espléndida situación defensiva, como atalaya del norte y del sur, que le proporciona una meseta situada sobre los crestones de cuarcita de las laderas meridionales de la sierra.
La meseta donde se asienta la fortificación y el poblado está defendida por una muralla, de 1,6 metros de grosor, ligeramente inclinada al sur que delimita un recinto de unos 700 u 800 metros cuadrados.
La muralla se apoya sobre los crestones cuarcíticos, siguiendo por el norte la línea del despeñadero natural, rellenando las entalladuras con material pétreo que en algún caso adopta forma de torreón.
Perpendiculares, a la muralla anterior bajan otros dos muros que se cierran por el sur con otro muro, delimitando un espacio regular, aunque por la parte meridional continúan las prolongaciones de estos muros hasta encerrar el emplazamiento del poblado, definido por recintos rectangulares de habitación y calles claramente delimitadas, siguiendo la calle principal una línea este-oeste.
En el yacimiento aún pueden verse hoy día algunas estructuras de cimentación de casas y fortificaciones, así como dos aljibes, uno al norte y otro al sur.
Los fragmentos cerámicos encontrados son de cerámica rojiza, tosca y sin decorar, similares a los hallados en otros poblados mineros de Sierra Morena.
En este lugar apareció una barra de oro de 7 x 2 centímetros. Además, en la ladera meridional aparecen en superficie abundantes fragmentos de cerámica musulmana, entre ellos pastas rojizas o anaranjadas, abundantes asas de cántaros y tinajas, algunas tejas curvas, y cerámicas vidriadas y de engobe blanco, algunas con decoración en verde manganeso y negro sobre melado, muy característicos de época almohade.
En la muralla se utilizó únicamente la piedra del lugar, sin argamasa, con bloques irregulares y tierra.
Se encuentra en estado de ruina progresiva, prácticamente desaparecido.
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Fecha de última modificación: 22/12/2010
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