Estructura megalítica de galería trapezoidal, trasladada para su conservación, con ajuares funerarios que revelan jerarquías sociales y materiales exóticos.
El Dolmen del Juncal se encuentra en el municipio de Ubrique, provincia de Cádiz. Originalmente, se hallaba en la Venta del Juncal, en una zona inundable por el Embalse del Charco de los Hurones, pero en 2002 fue trasladado al Cerro Mulera, a unos dos kilómetros de su ubicación original, para protegerlo de las fluctuaciones del nivel del agua.
El dolmen fue descubierto en 2002 tras el descenso del nivel del embalse que lo mantenía sumergido. Debido al deterioro causado por las fluctuaciones del agua y otros factores, la Delegación Provincial de Cultura de Andalucía decidió trasladarlo al Cerro Mulera, un lugar más seguro.
br<>El Dolmen del Juncal pertenece al Neolítico final, y las excavaciones han revelado su uso como enterramiento colectivo. Se encontraron restos de casi una decena de individuos, lo que indica la relevancia del sitio en las prácticas funerarias de la época. Las diferencias en los ajuares funerarios reflejan una posible jerarquización social en las comunidades que utilizaron el dolmen.
El Dolmen del Juncal es una estructura del tipo galería trapezoidal, con 9,50 metros de longitud. Su anchura varía suavemente desde 0,86 metros en el atrio hasta 1,80 metros al final de la cámara. La tumba estaba sellada con un gran bloque de caliza, y aunque la cubierta adintelada original no se ha conservado, sí se han recuperado fragmentos de losas desplazadas. Los ortostatos del dolmen están decorados con grabados profundos en bajorrelieve y grabados lineales finos, lo que indica la importancia simbólica del sitio.
Los restos humanos encontrados en su interior estaban acompañados de ajuares que incluyen cuchillos de sílex y ocre, además de objetos más elaborados y exóticos, como una pulsera de marfil y un monocristal de cuarzo, asociados a un individuo de edad avanzada.
El dolmen se encontraba en mal estado de conservación debido a su ubicación en una zona inundable, lo que motivó su traslado al Cerro Mulera. Tras su traslado, se ha estabilizado su estructura, aunque la cubierta original no ha sobrevivido. Los ortostatos decorados y los ajuares funerarios hallados en su interior ofrecen una valiosa información sobre las prácticas funerarias y las diferencias sociales en las comunidades neolíticas. A pesar de las pérdidas, el Dolmen del Juncal sigue siendo un importante vestigio de la cultura megalítica en la región.
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Fecha de última modificación: 23/07/2010
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