Recinto murado Alcázar Viejo y Huerta del Alcázar


Recinto murado Alcázar Viejo y Huerta del Alcázar

Recinto murado Alcázar Viejo y Huerta del Alcázar / Corral de los Ballesteros


Código: CO-CAS-063
Comunidad: Andalucía  |  Provincia: Córdoba
Municipio: Córdoba  |  Localidad: Córdoba
Dirección: Barrio del Alcázar Viejo
Monumentos militares: Muralla urbana, recinto amurallado


Situación

El Recinto murado del Alcázar Viejo, o Corral de los Ballesteros, y Huerta del Alcázar se encuentra en la ciudad de Córdoba, capital de provincia del mismo nombre, está ocupado prácticamente por el Barrio de San Basilio y limita al norte y noreste con el Recinto murado Castillo de la Judería y el Recinto murado de la Medina.


Historia

Cuando Fernando III el Santo entró en la ciudad de Córdoba, ésta se encontraba dividida en dos sectores amurallados principales, el recinto de la Medina en la parte alta, que bajo el dominio de los nuevos señores pasó a llamarse recinto de la Villa, y el recinto de la Axerquía, más amplio, bajo y plano que el anterior. Estos dos recintos se encontraban separados por el lienzo oriental de la muralla de la Medina, y se comunicaban por tres puertas y dos postigos, existiendo una gran explanada a lo largo de este lienzo.

Durante los siglos bajomedievales la ciudad se expandió por el oeste y suroeste con el barrio de San Bartolomé, el Alcázar de los Reyes Cristianos, y los recintos llamados Castillo de la Judería y Alcázar Viejo y numerosas huertas, entre ellas las del Alcázar de los Reyes Cristianos y algunos monasterios. Así, en el siglo XIV el recinto amurallado de Córdoba, construido durante la época almorávide (siglos XII-XIII) reutilizando parte de las primitivas murallas romanas, fue ampliado por el oeste, primero conformando un conjunto conocido como Castillo de la Judería, y posteriormente con el recinto del nuevo barrio del Alcázar Viejo, ambos en el siglo XIV.

Desde entonces la estructura urbana de la ciudad permaneció dentro de sus murallas, sufriendo pocas variaciones desde la época medieval. En los primeros años del siglo XVI se abrió una nueva puerta de acceso a la ciudad y una nueva vía de comunicación entre los recintos de la Villa y la Axerquía. A partir de ese siglo, las murallas de Córdoba entraron en un periodo de deterioro progresivo.

A comienzos del año 1399, el concejo municipal de Córdoba solicitó al rey Enrique III autorización para realizar la repoblación del denominado Alcázar Viejo, manifestando que en el extenso solar no existía ninguna edificación. El rey aceptó la propuesta y determinó que se establecieran ballesteros de ballesta (para diferenciarlos de los ballesteros de maza) con sus familias. Los ballesteros pobladores del Alcázar Viejo disfrutaban de privilegios especiales a cambio de ayudar a la defensa del vecino Alcázar de los Reyes Cristianos.

La primera cita sobre el Alcázar Viejo data del año 1317. Por aquel entonces aún no existía el famoso Alcázar de los Reyes Cristianos, por lo que la acepción Viejo sólo puede relacionarse con el alcázar musulmán existente en el momento de la conquista de la ciudad, llevada a cabo por las tropas de Fernando III el Santo, y que se encontraba situado en el emplazamiento de los actuales palacio Episcopal y seminario de San Pelagio, perdurando hasta finales de la primera mitad del siglo XIV. Según esto, en Córdoba existía un alcázar que, por su antigüedad o por su estado, resultaba ser viejo en comparación con el alcázar musulmán existente en el momento de la conquista.


Descripción

La ciudad de Córdoba ha estado amurallada desde muy antiguo, pudiéndose distinguir cinco recintos murados: la Villa o Medina, la Axerquía, el Castillo de la Judería, el Alcázar Viejo y la Huerta del Alcázar.

El Barrio del Alcázar Viejo, o Barrio de San Basilio, incluido en el área declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad de la ciudad de Córdoba, es una muestra única del urbanismo medieval tardío (cristiano), muy diferente del islámico (antigua Medina islámica y ciudad romana amurallada). Entre otros elementos, destacan de este recinto la Puerta de Sevilla, la Torre de Belén y el arco de Caballerizas Reales.

La Torre de Belén es de planta cuadrada, de 7,4 metros de lado, y está construida con aparejo de sillares de piedra caliza formado por una soga y dos tizones. El acceso, en recodo, se hacía por medio de dos puertas que formaban un ángulo recto. La puerta exterior (al norte) tiene forma de arco de herradura apuntado. La puerta interior (al este) es la única que actualmente da paso a la planta baja, que fue convertida en ermita (por ello, se le llamó también Torre de las Imágenes o Torre de San Benito). La torre consta de dos plantas cubiertas por bóveda de ladrillo en forma de casquete semiesférico. En la segunda planta se encuentran los accesos a los caminos de ronda de la muralla (al norte y al sur, por medio de arcos de medio punto), y los tres vanos cubiertos por arcos de medio punto en el muro de levante, donde se encontraban, en su día, las campanas de la ermita. Sobre la construcción de esta torre existen dos teorías: una de ellas defiende su procedencia almohade (siglo XII), mientras que otros la sitúan algo después, ya en época cristiana.

Puerta de Sevilla: en tiempos de los árabes ya existía una puerta de Sevilla, conocida como puerta de Drogueros, y que no se corresponde con la actual, que es de factura cristiana. La puerta de Drogueros podría coincidir con el arco de Caballerizas Reales. Con la conquista cristiana y la construcción del recinto murado del Alcázar Vejo, se construyó la puerta de Sevilla en su emplazamiento actual, y constituía la salida más directa al camino que llevaba a Sevilla. En el último tercio del siglo XIX sólo quedaban de esta puerta, quebrantados y aislados, dos arcos de herradura gemelos (restos de un antiguo acueducto)), con aparejo de soga y tizón, en sus sillares almohadillados. A finales del siglo XIX la puerta de Sevilla y las murallas de su alrededor fueron derribadas, pero más adelante se volvieron a reconstruir.


Estado de conservación

Sólo quedan algunos lienzos de muralla, torres y puertas.


Protección

Córdoba ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad.

El Patrimonio Histórico Español está protegido por la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (B.O.E. núm. 155, de 29 de junio de 1985).

Bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949 y la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.


Alrededores

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Libros y publicaciones

  • Urbanismo de la Córdoba Califal, Antonio Arjona Castro, Ediciones de La Posada, Córdoba, 1997

Fuentes y otras webs de interés


Monumentos próximos


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Fecha de última modificación: 12/11/2023



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