Torre del siglo XII (1029), con planta rectangular, unos 16 metros de altura y muros de unos 2 metros de grosor. Se conserva entera, con sus dos pisos. El piso de abajo es totalmente ciego, y se accede al superior por una escalera de piedra. Se aprecia aún otro piso por los agujeros en las paredes que evidencian las traviesas que aguantaban el piso. Se puede acceder a la parte superior de la torre por una cuerda que se ha puesto en la pared. Junto a la torre hay un pequeño pueblo de unas 10 casas completamente derruidas, así como una una iglesia del románico tardío.
La Torre de Riner se encuentra en el municipio del mismo nombre, en la comarca Solsonès de la provincia de Lérida.
Se puede acceder a ella por la carretera C-55 dirección Solsona. En el kilómetro 75, hay que girar a la izquierda al ver el indicativo Torre de Riner. Después unos cuatro kilómetros aproximadamente, por una carretera estrecha y asfaltada, se llega a la torre.
A comienzos del siglo IX, cien años después de que los musulmanes invadieran la península Ibérica, y tras largos años de luchas y enfrentamientos, se constituyó la llamada Marca Hispánica, una zona fronteriza entre los musulmanes del emirato de Córdoba y los cristianos del reino franco. Las tierras catalanas pasaron a formar parte de este territorio de frontera, y organizadas por el imperio Carolingio en condados gobernados por condes.
Para garantizar su frontera meridional frente a los musulmanes, los condados catalanes construyeron entre los siglos IX y XI, y reaprovecharon otros musulmanes, una amplia red de castillos, atalayas y torres de defensa por toda la Marca, fortificando con más de cien castillos un territorio muy extenso que se extendía desde Barcelona hasta el Pallars, en tierras de Lérida. Así nacerían los castillos de frontera catalanes. La Marca quedó estabilizada durante tres siglos entorno al Llobregat, Cardener, y el Montsec. A mediados del siglo XI, con la disgregación del Califato de Córdoba en los diferentes reinos de taifas, los condados catalanes pasaron a ser territorios de avanzada y conquistadores.
Su primer registro documental data del siglo XI (1029). Por su proximidad al poderoso castillo fronterizo de la Marca de Cardona (apenas 15 kilómetros lo separan de él) o a las también fortificaciones fronterizas de Peracamps, Ardévol, Castellvell de Solsona, o Besora, la torre o castillo de Riner debió posiblemente formar parte de las fortificaciones de frontera de la Marca Hispánica, como tantos de la comarca del Solsonès, en esta parte de las tierras de Lérida.
Es una torre de planta rectangular de unos 16 metros de altura y muros de unos 2 metros de grosor. Se conserva entera, con sus dos pisos. El piso de abajo es totalmente ciego, y se accede al superior por una escalera de piedra. Se aprecia aún otro piso por los agujeros en las paredes que evidencian las traviesas que aguantaban el piso. Se puede acceder a la parte superior de la torre por una cuerda que se ha puesto en la pared.
Junto a la torre hay un pequeño pueblo de unas 10 casas completamente derruidas, así como una iglesia del románico tardío.
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Fecha de última modificación: 09/05/2020
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