Palacio construido en el último cuarto del siglo XV tras la unión de los linajes de Enríquez y Ribera. En el siglo XVI asume el papel de tamiz por el que las nuevas formas y gustos del Renacimiento entran en Sevilla, dada la intensa relación que mantienen sus miembros más relevantes con Italia. A mediados del siglo XIX se realizan reformas al gusto romántico, completando su pintoresca fisonomía, síntesis armoniosa del gótico-mudéjar, renacimiento y romanticismo.
Bien protegido por la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español (BOE núm. 155, de 29 de junio de 1985).
MonumentalNet agradece la colaboración de Ramón Sobrino Torrens, Santiago López-Pastor Rodríguez